jueves, 29 de octubre de 2015

Mi parto

Esta entrada la empecé a escribir en su día, pero... vamos a actualizarla, ¿Porqué? Pues porque aquí tenéis a una mujer que no siente vergüenza al reconocer que el parto le daba pánico, tantas historias escuchadas, tanto dolor contado, tantas películas con mujeres chillando, pues sí a mi el dolor físico me daba miedo. Recuerdo que lo dije en una clase de preparación al parto y todas me miraron, como no no, pues sí, a mi me da miedo el dolor ¿A ti no?.

Por eso me he tomado un tiempo para escribir esto y hacerlo con perspectiva.

A pesar del miedo que me daba también os digo que me rodeé de positividad, de los mensajes buenos, o de la mentalización. Va a doler, pues sí pero eso van a ser unas horas y mi bebé lo tendré el resto de mi vida. Llegué a pensar que incluso podría ser una cesárea programada y no doler.

Un consejo que os doy a las embarazadas, y es porque veo mucha ilusa, de acuerdo que es un momento memorable, único y mágico gestar un hijo, pero infómate, de todo. De que pasa , de que ocurre y que puede ocurrir, quiero decir que al final no acabe en cesárea y digas hay yo no sabía que esto dolía, o no me siento madre porque no he parido.

Es un momento muy importante y cuanta más información tengas más segura te vas a sentir, lo de hacerte un plan de parto que ahora está muy de moda, pues sí está bien, y si en tu hospital te lo respetan enhorabuena, pero recuerda... que es un parto, los planes pueden cambiar.

Allá voy con mi caso:

4/9/2014

A un día de la fpp (fecha probable de parto) y yo tan campante, bueno es un decir, en realidad muy pesada, pies hinchado, mucho calor, todo el día sudando y con graves problemas de movilidad por tener complejo de sumo, pero feliz, feliz porque tenía un bebé dentro al cual sólo yo notaba, y tambien porque sabía que era una etapa que no se repite (y os digo en serio que se hecha de menos esa barrigona).

17 h.: Sin  rastro de dolor ni contracción, hasta que de repente, cual catarata de tratase rompí aguas.
No se que extraña sensación de control me invadió que tan tranquila recogí el charco, cogí la maleta y le dije al futuro padre (pálido) que nos íbamos al hospital, las aguas eran limpias así que por lo que sabía no corría peligro y sin dolor aquello no parecía inminente.
En el hospital me dejaron ingresada. Me dijeron que si no me ponía de parto esa noche al día siguiente por la mañana me lo inducirían.
Cené tranquilamente y si bien es cierto que no era dolor, si tuve molestia y mal estar toda la noche y tal estado de agitación que no dormí en toda la noche. Faltaban horas para verle.



5/9/2014

7:00 h.: como me habían dicho me pasaron a la sala de dilatación, mientras el casi papi se iba a desayunar, allí gotero para la oxitocina, cinturón para medir sus pulsaciones y cable, a la cabecina del chiquitín, (luego pasaré a la parte de reivindicaciones). Para cuando llegó mi marido ya era una mujer postrada en la cama con cables.
Una matrona, María, encantadora me ofreció un balón de pilates, y accedí encantada, había hecho las clases de preparación con uno y me daba mucha confianza, comenzaron las contracciones, cada 5 minutos, al principio suaves, por un momento pensé que aquello iba a ser un paseo. Poco a poco iban aumentado la cantidad de oxitocina y las contracciones, con la promesa de que a los 3 cm dilatados llegaría mi ansiada epidural (aquí sufrir lo justo) me conformaba.

15h.: Ya con la epidural puesta y la sensación de alivio más grande de mi vida, me dormí.

17h.: Me desperté con dorlor en la zona del bajo vientre, avisé a la matrona que me dijo que era normal, el pequeño empujaba por salir, pero yo seguía en mis 3 cm, el dolor aumentó y me posieron otro bolo de epidural, que tampoco funcionó, al parecer hay veces que deja de hacer efecto, o eso me dijeron. El dolor subió de intensidad

Las siguientes horas quedan para mi recuerdo.

19:45 h.: Un médico dictamina que el parto no prospera, yo en mis 3 , y que hay que hacer una cesárea. Para cual tengo que esperar a que acabe otra. Ya en el quirófano, la sensaciones son indrescriptiebles, por un lado una operación quirúrgica y por otra ahora ya si voy a ver, a conocer, a tocar y a sentir a mi bebé.

20:15 h.: La matrona tambien en el quirófano me explica que ya van a sacarlo que ella se lo llevará a la pediatra y después me lo traerá. Efectivamente vi como se iba desde mi cuerpo a una sala contigua con un algo envuelto una sabana verde. Allí empezó a llorar, al igual que yo. Mi hijo acababa de nacer, y estas pocas palabras que pueden resultar vanas, cualquier mujer que haya pasado por ello lo entenderá.

Me lo trajeron envuelto en la sábana sólo se le veía un moflete y pude darle un beso, eso, nada más que eso.  No volví a verle hasta las 23:40 que volví a la habitación de reanimación, allí fue donde realmente nos conocimos.


Reivindicaciones
Que se trate un parto con la mayor naturalidad posible
Que el entorno sea confortable
Que se relajen los protocolos hospitalarios
Una cesárea además de cirugía también es un parto. Hay una mujer y un hijo que necesitan conocerse.

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